¿Por qué enseñar inglés y no mates o historia?¿Por preferencia? Pues bien, hurguen un poco
en la materia que no prefieran. Que recuerden sus debilidades en física, su nulidad en filosofía, sus falsas excusas en gimnasia. En resumen, es preciso que quienes pretenden enseñar tengan una clara visión de su escolaridad, que sientan un poco el estado de ignorancia, si quieren tener la menor posibilidad de sacarnos de allí.
viernes, 9 de enero de 2009
Las 5 clases de niños. Pág. 238
Hoy en día existen en nuestro planeta cinco clases de niños: el niño cliente entre nosotros, el niño productor bajo otros cielos, así como el niño soldado, el niño prostituido y, en los paneles curvos del metro, el niño moribundo cuya imagen, periódicamente, proyecta sobre nuestro cansancio la mirada de hambre y abandono.
Son niños, los cinco.
Instrumentalizados, los cinco.
Son niños, los cinco.
Instrumentalizados, los cinco.
El trabajador y el perezoso.
(...) Cuando yo me sentaba ante mi mesa, abrumado por la convicción de mi idiotez, tú te instalabas en la tuya vibrando de impaciencia, impaciencia por pasar a otra cosa también, pues aquel
problema de mates ante el que yo me adormecía tú lo resolvías en un abrir y cerrar de ojos. (...) En clase, tú eras el trabajador, yo el perezoso. ¿Pero era eso pereza?¿Ese empantanamiento en uno mismo?¿Y qué era, entonces, el trabajo?¿Cómo lo hacían los que trabajan bien?¿De dónde sacaban aquella fuerza? Fue el enigma de mi infancia. -- pág. 231.
- Reflejado queda uno de los problemas de todos los tiempos: ¿Cómo ayudar al alumn@ perezoso? Con el trabajador lo tenemos fácil, el problema es el otro... ¿qué estrategias utilizar?,¿cómo llevarlos por el buen camino?... este debería ser el trabajo principal de los profesores: ayudar a estos alumnos a salir de la creencia de su idiotez.
problema de mates ante el que yo me adormecía tú lo resolvías en un abrir y cerrar de ojos. (...) En clase, tú eras el trabajador, yo el perezoso. ¿Pero era eso pereza?¿Ese empantanamiento en uno mismo?¿Y qué era, entonces, el trabajo?¿Cómo lo hacían los que trabajan bien?¿De dónde sacaban aquella fuerza? Fue el enigma de mi infancia. -- pág. 231.
- Reflejado queda uno de los problemas de todos los tiempos: ¿Cómo ayudar al alumn@ perezoso? Con el trabajador lo tenemos fácil, el problema es el otro... ¿qué estrategias utilizar?,¿cómo llevarlos por el buen camino?... este debería ser el trabajo principal de los profesores: ayudar a estos alumnos a salir de la creencia de su idiotez.
jueves, 18 de diciembre de 2008
pág. 226 - ¿Qué enseñamos?
Hasta donde puedo recordar, cuando los profesores jóvenes se sienten desalentados por una clase, se quejan de no haber sido formados para ello. El "ello" de hoy, perfectamente real, abarca campos tan variados como la mala educación de los niños por la agonizante familia, los daños culturales vinculados al paro y la exclusión, la subsiguiente pérdida de los valores cívicos, la violencia en algunos centros, las disparidades lingüísticas, el regreso de lo religioso, y también la televisión, los juegos electrónicos, en resumen, todo lo que alimenta, más o menos, el diagnóstico social que nos sirven cada mañana los primeros boletines informativos.
(...)
Henos aquí pues llegados a una nueva fase de la formación de enseñantes, que se centrará cada vez más en el dominio de la comunicación con los alumnos. Esta ayuda es indispensable, pero si los jóvenes profesores esperan de ella un discurso normativo que les permita resolver todos los problemas que se plantean en una clase, estarán corriendo hacia nuevas desilusiones; el "ello" para el que no ha sido formados resistirá. Por decirlo todo, temo que "ello" sea de naturaleza distinta a la suma de los elementos que lo constituyen objetivamente.
- Cuando estudiaba magisterio ya me lo decían mis profesores: cada día será más importante la transmisión de buenos valores, actitudes, hábitos y formas, que los contenidos de las asignaturas.
(...)
Henos aquí pues llegados a una nueva fase de la formación de enseñantes, que se centrará cada vez más en el dominio de la comunicación con los alumnos. Esta ayuda es indispensable, pero si los jóvenes profesores esperan de ella un discurso normativo que les permita resolver todos los problemas que se plantean en una clase, estarán corriendo hacia nuevas desilusiones; el "ello" para el que no ha sido formados resistirá. Por decirlo todo, temo que "ello" sea de naturaleza distinta a la suma de los elementos que lo constituyen objetivamente.
- Cuando estudiaba magisterio ya me lo decían mis profesores: cada día será más importante la transmisión de buenos valores, actitudes, hábitos y formas, que los contenidos de las asignaturas.
pág. 133 - La razón de la memoria.
(...) Portador de una tradición escrita que vuelve a ser oral gracias a él, tal vez llegue incluso a decírselas a otro, para compartirlas, por los juegos de la seducción, o para hacerse pedante, es un riesgo que hay que correr. Al hacerlo, recuperará el vínculo con aquellos tiempos previos a la escritura en los que la supervivencia del pensamiento dependía de nuestra voz. Si me habla usted de regresión, yo le responderé reencuentro. El saber es primero carnal. Son nuestros oídos y nuestros ojos los que captan, nuestra boca la que lo transmite. Nos llega por los libros, es cierto, pero los libros salen de nosotros mismos. Un pensamiento hace ruido, y el placer de leer es una herencia de la necesidad de decir.
- Un argumento intachable para obligarnos a todos a aprender textos de memoria. Me gustó cuando leí este párrafo porque me recordó a un profesor que tuve al final de mi época de primaria que nos obligaba a aprendernos poemas que nos gustaran y significaran algo para nosotros, para luego recitarlos en clase y explicar la razón de por qué lo habíamos elegido.
Nadie entendía el por qué de estos deberes, ya que eran "raros" -nunca habíamos hecho algo así, acostumbrados siempre a los ejercicios con papel y lápiz de mates, inglés, etc- y ninguno de nosotros le veíamos utilidad al asunto. A lo mejor, si nos lo hubiera explicado con estos argumentos, hubiera convencido a más de uno.
- Un argumento intachable para obligarnos a todos a aprender textos de memoria. Me gustó cuando leí este párrafo porque me recordó a un profesor que tuve al final de mi época de primaria que nos obligaba a aprendernos poemas que nos gustaran y significaran algo para nosotros, para luego recitarlos en clase y explicar la razón de por qué lo habíamos elegido.
Nadie entendía el por qué de estos deberes, ya que eran "raros" -nunca habíamos hecho algo así, acostumbrados siempre a los ejercicios con papel y lápiz de mates, inglés, etc- y ninguno de nosotros le veíamos utilidad al asunto. A lo mejor, si nos lo hubiera explicado con estos argumentos, hubiera convencido a más de uno.
pág.175 - El pobre exiguo.
(...) Los pobres hablan en argot desde siempre. ¿Sabes por qué? Para hacer creer al rico que tienen algo que ocultarle. No tienen nada que ocultar, claro está, son demasiado pobres, solo unos pequeños trapicheos por aquí y por allá, naderías, pero quieren hacer creer que ocultan todo un mundo, un universo que nos está prohibido, y tan vasto que sería necesaria toda una lengua para expresarlo. Pero no hay mundo, claro está, y no hay lengua. Solo un pequeño léxico de connivencia para mantenerse calentito, para camuflar la desesperación. (...)
pág. 154 - Es imposible reinar sin ser culpable.
(...) Sí, al escuchar el zumbido de nuestra colmena pedagógica, en cuanto nos desalentamos, nuestra pasión nos impulsa primero a buscar culpables. El sistema educativo parece, poro otra parte, estructurado para que cada cual pueda designar cómodamente al suyo.(...)
- Desde el parvulario, pasando por primaria, secundaria, instituto, universidad. Ya en el puesto de trabajo, en el Ministerio de Educación y por último en la familia.
¿En el parvulario no les han enseñado a comportarse; Pero... ¿qué han hecho en primaria?; ¿No distéis este tema el año pasado?; Fracaso familiar...; la escuela ya no es lo que era...
¿A alguien le suena esto? Otro retrato de la realidad...
- Desde el parvulario, pasando por primaria, secundaria, instituto, universidad. Ya en el puesto de trabajo, en el Ministerio de Educación y por último en la familia.
¿En el parvulario no les han enseñado a comportarse; Pero... ¿qué han hecho en primaria?; ¿No distéis este tema el año pasado?; Fracaso familiar...; la escuela ya no es lo que era...
¿A alguien le suena esto? Otro retrato de la realidad...
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