jueves, 18 de diciembre de 2008

pág. 226 - ¿Qué enseñamos?

Hasta donde puedo recordar, cuando los profesores jóvenes se sienten desalentados por una clase, se quejan de no haber sido formados para ello. El "ello" de hoy, perfectamente real, abarca campos tan variados como la mala educación de los niños por la agonizante familia, los daños culturales vinculados al paro y la exclusión, la subsiguiente pérdida de los valores cívicos, la violencia en algunos centros, las disparidades lingüísticas, el regreso de lo religioso, y también la televisión, los juegos electrónicos, en resumen, todo lo que alimenta, más o menos, el diagnóstico social que nos sirven cada mañana los primeros boletines informativos.
(...)
Henos aquí pues llegados a una nueva fase de la formación de enseñantes, que se centrará cada vez más en el dominio de la comunicación con los alumnos. Esta ayuda es indispensable, pero si los jóvenes profesores esperan de ella un discurso normativo que les permita resolver todos los problemas que se plantean en una clase, estarán corriendo hacia nuevas desilusiones; el "ello" para el que no ha sido formados resistirá. Por decirlo todo, temo que "ello" sea de naturaleza distinta a la suma de los elementos que lo constituyen objetivamente.

- Cuando estudiaba magisterio ya me lo decían mis profesores: cada día será más importante la transmisión de buenos valores, actitudes, hábitos y formas, que los contenidos de las asignaturas.

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