viernes, 28 de noviembre de 2008

El hombre mono

Como lo había prometido, y tras gestar la idea en la cabeza un par de semanitas...me dispongo a comentar la triple-coincidencia entre el libro de "El valor de educar", el periódico "el mundo" del domingo 2 de Noviembre y del "Magazine" del mismo.




En este artículo, de Rosa M. Tristán se nos muestra la visión de Eduardo Punset respecto la evolución y la similitud entre los primates y los humanos. En él he destacado varias frases de interés, pero me centraré más sobre las que realmente hacen de las 3 citas anteriores una coincidencia:



"Los monos cambian de opinión con más facilidad que los humanos"-> He aquí una de las similitudes que este autor establece entre el hombre y el mono. En este caso haciendo más referencia a la resistencia que ofrecemos para cambiar de opinión. Nuestra mentalidad es de "buen asiento", una vez se asienta, es muy complicado moverla.



Otra buena frase de Punset es la de "cuando el cerebro se enfrenta a una disonancia, algo opuesto a lo que cree, lo elimina, se inhibe aunque sea real", apoyando así la idea de que es muy complicado hacer cambiar de opinión a una persona. Por otro lado, también es cierto que "la gente no cambia si algo no le afecta", pues en la sociedad de hoy en día, hasta que no nos damos contra el muro, no giramos. Un buen ejemplo es el futuro agotamiento del crudo. La gente no va a cambiar su actitud hasta que, al final, cuando ya no haya más, tengamos que recurrir "in extremis" a otras fuentes de energía, hasta entonces estancadas, pero que tenderán a evolucionar a ritmos agigantados.




Por otro lado, en el Magazine del mundo de ese mismo fin de semana, se publicó una entrevista de Eduardo Suárez a Desmond Morris. Este zoologo y etólogo publicó "El mono desnudo" en 1967, en el que expone "mil y una cargas de profundidad y profecías un tanto apocalípticas". Entre ellas un enfrentamiento a una pandemia global y otros desastres que conducirían a nuestra autodestrucción. En la entrevista demostro que "según sus ideas, no nos diferenciamos tanto de los primates" (vaya, otro que piensa igual!) "Nuestro logro es haber amplificado sus facultades: "ellos fabrican un instrumento para cazar termitas, nosotros fabricamos un cohete para llegar a la Luna"".



Sin embargo, otro punto interesante en la entrevista es cuando le preguntan por la supuesta monogamia nata del varón, a lo que Morris contesta que sí "en cierto modo, pero en lo esencial sigue igual. Vaya uno donde vaya, la familia es todavía la unidad en torno a la cual se articula la sociedad. [...] la familia sigue siendo el lazo clave de la sociedad."



Esto coincide con la frase del libro de Savater "la supervivencia biológica del individuo justifica la cohesión familiar pero probablemente ha sido la necesidad de educar la causande de lazos sociales que van más allá del núcleo procreador", en la que Savater destaca el lazo familiar como un medio de supervivencia más que de aprendizaje, pero que de cualquier modo, sigue siendo básico para el desarrollo del individuo.


Además, en el libro de Savater también se establece algún símil con los monos como el de la comparación de un niño recién nacido con un chimpancé. La idea general de la misma es que el niño nace "inacabado", le queda todavía muchísimo por desarrollar (tanto física como psicológicamente), ha nacido "para la humanidad", "Nuestra humanidad biológica necesita una confirmación posterior, algo así como un segundo nacimiento en el que por medio de nuestro propio esfuerzo y de la relación con otros humanos se confirme definitivamente el primero." En contra de esto está el chimpancé; "La cria de chimpancé pronto es capaz de agarrarse al pelo de la madre para ser transportado de un lado a otro, mientras que el retoño humano prefiere llorar o sonreír para que le cojan en brazos: depende absolutamente de la atención que se le preste"


Con todo esto Savater establece de nuevo una relación entre el hombre y el mono (aunque un poco más distancial entre ambos). De cualquier modo coincide mucho con la opinión de Morris en que nuestra mayor diferencia con los chimpancés es la mental, ya que mientras que el chimpancé se queda en la base de la pirámide, el humano trata siempre de alcanzar la cúspide. Ello le lleva a pasar por muchos estadíos evolutivos, en los que el hombre trata siempre de mejorar, de ir a la búsqueda de nuevos retos le ayuda a autosuperarse, y en ocasiones e hace llegar a la genialidad. El chimpancé, en cambio, jamás alcanzará ese nivel, ya que se limita a la mera supervivencia. Nace, crece, se reproduce y muere. El hombre, en cambio Nace, crece, evoluciona, se reproduce y muere.


Os reto a que me contesteis estas preguntas:


¿Somos realmente tan diferentes de los monos? Si nuestra mayor diferencia con ellos es nuestra capacidad de evolucionar, entonces, por qué Punset afirma que tendemos a estancarnos en algunas ideologías? Si nos estancamos...no evolucionamos, o sí? Cuál es el límite de nuestras posibilidades? Lo hay? Hasta dónde vamos a llegar? Cuál es nuestro futuro como especie?


Y recordad: "cuando intentamos prever el futuro, siempre lo hacemos en base al pasado". Os invito a que abráis vuestras mentes y trateis, por un segundo, de no basaros en lo que conoceis, sino en lo que conoceréis! ¡EVOLUCIONEMOS!

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